sábado, 11 de agosto de 2012

Capitulo 36 ♥

Pedro:                                                                                                                               
Cuando leas esta carta yo ya no estaré aquí porque esa fue tu elección, ya que la vez que te jure algo me prometiste que no iba a volver a pasar, pero acá estamos, vos leyendo esta carta y yo emprendiendo un nuevo camino.                                                     
Esto debe ser una de las cosas que más me costaron y dolieron.                                             
Es rarísimo estar inmerso en un mundo de sentimientos que van y vienen de manera desenfrenada dentro de mí.                                                                                        
Hay cosas que creí que no volverían a pasarme, porque creí saber mucho acerca de esto del amor, creí saber lo suficiente como para no equivocarme.

Sin dudas es evidente que tengo que aprender que en esto del amor, las experiencias a veces no sirven de mucho.
Uno vuelve a caer otra vez en los mismos juegos, en las mismas trampas y lo peor de todo, que sumado al dolor de eso se suman el dolor de sentirse una idiota.
Quisiera decirte tantas cosas a la cara, pero lamentablemente no me queda otra que plasmar mis palabras en un papel que no entiende bien lo que pasa.
Quizás critiques el medio, pero la única razón es por qué no podría hacerlo de otra forma, si tal vez me vieras ahora lo entenderías. ¿Sabes algo?, voy a tratar de salir de esto sin mentir a nadie, ni a la gente que me rodea, ni a vos y ni a mí.
No voy a salir a decir que no te amo, porqué es mentira y ya me mentí conmigo misma al estar con vos.
Y así me fue, no más mentiras, no más engaños, solo verdad y que sea tal vez lo que Dios quiera.
                                                                                                                               
No voy a decirte que no te extraño, porque no hay un minuto en el que no te cruces por mi cabeza.
                                                                                                                         
No voy a decirte que no te necesito, porqué me haces falta, y tal vez más que nunca hoy.
Para que mentir, si no puedo se me nota, es algo que no puedo hacer.
Dármela de superada es lo más idiota que podría hacer ahora.
Entiendo muchas cosas y más de las que crees, pero no entiendo las mentira, o mejor dicho tus mentiras.
No te pedí que me amaras.
                                                                                                        
No te pedí que me quisieras.
No te pedí que me extrañaras.
Solo te pedí que conmigo no seas falso, te pedí que fueras sincero, te pedí que no me fallaras, pero no pudiste cumplir con eso.
Al final, después de todo, no tengo idea que hubo de real, en lo que no sé si fue o no fue.
Porqué ya te lo dije una vez: lo que se basa o se construye sobre mentiras nunca podrá ser.
                                                                                                                                    
 La historia sigue, los planetas encuentran su lugar en el universo, yo encontré el mío, y casualmente termina siendo el lugar que dije que era.
Pero ahora ya no estoy en el medio, me corro.
Mejor dicho, me corriste al no elegirme, por fin esa noche entendí cuál era mi lugar, esa noche comprendí que todo lo que hacía no era nada, no significó nada.
Fue simplemente nada.
                                                                                                               
Sentí desprecio en su más dura expresión por todo lo que te día, me sentí que fui usada, burlada y en una persona como yo, duele, no me gusta nada.
                                     
No fue fácil bancarse eso y creo que es lo último que una persona quisiera sentir.
Al menos yo personalmente, pero con tu actitud lograste demostrármelo claramente y de la peor manera que podías hacerlo, todo con tu elección. Cagarme con esa turra el día que pensé iba a ser el más feliz de mi vida, de nuestras vidas, “Nuestra Boda”.
                                                                                                              
No sé en verdad si jugaste o no conmigo, si me usaste o lo que sea.
Quisiera creer que no, pero la realidad me demuestra otra cosa.
Y ahora ya me tengo que ir, tengo que hacer un poco de fuerza, necesito levantarme y salir a caminar, el problema es que duele.
Duele desprenderse, pero tal vez sea un mal necesario, el tiempo lo dirá.
No quisiera hacer esto, pero solo me voy a llevar algo que dejé en tus manos sin que me lo pidieras, por eso no puedo reprocharte nada: mi corazón.
No es que no quiera dejártelo, ojalá y pudiera estar con vos para siempre, pero es como que necesita algo de arreglos… ¿sabes?, como explicarte, necesito cuidarlo un poco para que recupere, para que sane y vuelva a latir, y vuelva a ser yo de nuevo.
                                                                                                                                 
La verdad, que fue un gusto enorme conocerte, de verdad, mucho más maravilloso fue amarte y tenerte conmigo. Verás, vas a terminar de leer estas líneas y vas a entender que no miento, que fui sincera y lo que siento y lo que me pasa hasta es tangible, lo podes tocar, lo estuviste tocando sin darte cuenta. Sin quererte dar cuenta. Ahora te estoy hablando con lo poco que queda de mí, me quedo con la primera vez que te conocí, tal vez algún día sepas porqué esperé tanto tiempo. Por mucho que me duela o por mucho que no quiera a partir de hoy no me queda más remedio que empezar a olvidarte, olvidarme de tu pelo, de tus ojos, de tus miradas, de tus lágrimas, de tu sonrisa, de tus labios, de tus besos, de tus manos, de tus caricias, de tu voz, de tus te quiero, de tu mal genio, de tu olor, de tus abrazos, de despertarme a tu lado, de las promesas que no he podido cumplir, de la niña que siempre desee tener contigo, de nuestros paseos, de nuestros viajes, de las horas muertas que hemos pasado juntos sin ni siquiera hablar solo sintiéndonos juntos, de volver a ver una película contigo, de ir a cenar juntos, de todo lo que perdido y he ganado contigo, Y me quedo con lo que no puede dejar de sonar en mi alma, dos palabras: “te necesito” que alguna vez me dijiste de verdad, cuándo por un momento decidiste salir de tu cascarón y ser vos mismo. Y me quedo con lo que no puede dejar de sonar en mi alma, dos palabras: ¿TE AMO?, que alguna vez me dijiste de verdad. Te dejo mi deseo de que seas feliz a pesar que destruiste por completo mis ilusiones, te dejo todas las lágrimas que derramé mientras escribía estas líneas, mi falta de aire, el dolor, la amargura, todo lo dejo todo aquí. Adiós para siempre mi amor.                                                                                                   

Pau


Cuando Pedro termino de leer la carta, tomo las llaves de su auto y salió rápidamente a Ezeiza, cuando llego se dirigió a informe…


Pedro: Buen día.


Recepcionista: Buen día, ¿en qué puedo ayudarlo?



Pedro: Necesitaba información sobre un vuelo a Punta Cana, a nombre de Paula Chaves y Pedro Alfonso.



Recepcionista: La señorita pidió un cambio de destino (mirando la computadora)



Pedro: ¿y a donde lo cambio?



Recepcionista: eso no se lo puedo informar



Pedro: ¿cómo que no me lo puede informa?, es mi mujer la que se va a otro lugar, por favor ayúdeme,



Recepcionista: discúlpeme señor, lo que si le digo que el vuelo está por salir en 10 minutos,



Cuando le dijo eso Pedro salió corriendo, por todo el aeropuerto para alcanzar el avión, pero cuando llego ya era tarde, el avión en el que iba Paula, ya estaba en el aire.



Al ver eso Pedro cayo rendido al piso llorando.



Pedro: La perdí, la perdí para siempre (llorando)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario